Cuando se está hablando de la mortandad de bivalvos y la escasez de producto en las rías, la Asociación Gallega de Depuradores de Moluscos (Agade) prefiere no entrar a valorar las ayudas económicas destinadas al sector productor por el cese de actividad.
Lo que sí explica este colectivo es que “no puede entenderse que cofradías como la de Vilanova estuvieran sin actividad en diciembre, cuando la almeja fina se pagaba a 100 euros y la japónica, a 19”.
Convencidos de que “las cofradías que saquen producto ahora, una vez superado el parón navideño, van a tener mucho ganado, a diferencia de las agrupaciones de marisqueo que sigan paradas”, los depuradores de Agade advierten de que “se está viviendo una situación anómala que acabará superándose, pero los terribles efectos causados van a mantenerse”.
Se refieren, por ejemplo, a que hay depuradores que se ven “obligados a comprar producto en Portugal porque necesitan estabilidad en el abastecimiento de materia prima, y sus proveedores gallegos no se la ofrecen”.
Es esto lo que lleva a diferentes depuradores a poner como ejemplo al sector mejillonero y a la agrupación Parquistas de Carril.
“Algunas cofradías o agrupaciones de mariscadores cierran a la espera de que les solucionen el problema después de unos meses malos –explica en la depuración–, pero los mejilloneros tuvieron en 2023 un año nefasto, y el 1 de diciembre, en cuanto abrió la campaña de la mejilla, se fueron todos a las piedras para recoger la cría y preparar la siguiente campaña”.
En cuanto a la OPP-89 Parquistas de Carril, “también sufrieron mortandad por riadas y otros problemas, pero siguen trabajando sin cesar y generando ingresos”, espetan los depuradores.
Y lo plantean así para dejar claro que “si toda la ría fuera capaz de producir como lo hace la OPP-89 estaríamos exportando almeja y berberecho por toda Europa”.
Como se explicaba hace días en FARO, también el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, decía que la Organización de Productores Paquistas de Carril (OPP-89) “está abriendo un camino que deberíamos emprender todos, como es el de la profesionalización”.
Lo decía tras constatar que en 2023 la lonja de Carril ha marcado un registro histórico, después de superar los 10,3 millones de euros por la venta de 802 toneladas de producto, precisamente gracias a la aportación de la agrupación de parquistas que dirige José Luis Villanueva Vicente.
Se trata de una facturación que sitúa a la lonja carrilexa como la segunda más importante de la ría de Arousa, solo superada por Ribeira, y una de las destacadas a nivel autonómico.
Y eso a pesar de que esta zona de producción, en la desembocadura del río Ulla, está permanentemente sometida a un alto riesgo, tal y como aducen los propios parquistas cuando aluden a las importantes pérdidas que pueden causar las riadas –con el consiguiente descenso de la salinidad– y la contaminación.
Fuente: Faro de Vigo