Las mariscadoras acusan a los parquistas de depositarlas en la playa – Villanueva recalca que «tienen que regular dónde poder depositarlas»
La proliferación de algas en la playa Compostela, de Bandera Azul, ha vuelto a descubrir la necesidad de un protocolo de actuación para regular los intereses de todas las partes. Los bañistas han sido los primeros en denunciar el mal estado del arenal, así como el fuerte olor que desprenden, a la altura de los edificios de Pico Sacro. Una queja a la que se han sumado las mariscadoras de a pie apuntando directamente a los parquistas por verter allí los desperdicios de la limpieza de sus viveros.
Entre las voces críticas entre el colectivo de mariscadoras de a pie, se recoge que es un problema que se prolonga durante al menos los últimos diez años acusando a los parquistas de tener que hacer un doble trabajo a la hora de limpiar la zona para no afectar al marisco que ellas recogen. En esta línea, además de apuntar que la mayor parte de las veces la limpieza se realiza de madrugada en función de las mareas y para no afectar a los bañistas, reconocen desde este colectivo que tuvieron que alquilar un remolque para retirar las algas y depositarlas en unos contenedores facilitados por el ayuntamiento. Todo ello en un año en el que reconocen que la proliferación de algas es mucho mayor a lo habitual, en buena medida debido a la temperatura del agua marina.
Desde la agrupación de parquistas de Carril, su presidente José Luis Villanueva responde a la acusación de las mariscadoras apuntando que «no voy a defender lo indefendible y no estamos del lado de los parquistas incívicos, tanto como presidente de los parquistas como patrón mayor de la cofradía. Yo no creo que vayan a depositar las algas a la playa porque sería querer hacer daño intencionadamente y me parece muy fuerte, lo achaco a un arrastre de las mareas».
Alude Villanueva a la búsqueda de una solución firme y a un protocolo de actuación claro, «llevamos con medidas provisionales demasiados años y ninguna administración quiere arbitrar el problema. En A Compostela la acumulación de algas es más visible, pero no más grave que lo que tenemos en otras zonas de Carril. La solución no está en retirar las algas, sino en donde depositarlas. Pero cuando pasa el verano, como molestan menos, se vuelve a olvidar la situación. Y vaya por delante que los parquistas quieren lo mejor para Carril y para la playa, pero no podemos retirar las algas y depositarlas donde se nos ocurra porque no está regulado y nos exponemos a multas».
El concejal de Servicios, Lino Mouriño, reconoció también que se debe buscar un punto de encuentro entre las partes, remarcando que «las algas son parte natural del ecosistema de la playa. El interés mutuo es tener bien la playa y tenemos que trabajar para sacar partido de la singularidad de los parques de cultivo de cara a bañistas y visitantes. Las algas tienen muchas posibilidades y se debería convertir ese supuesto problema en una posibilidad».
Fuente: Faro de Vigo