Cambados ha sido el puerto que mejor ha superado el envite de la pandemia
Cuando en el mes de marzo el covid dejó de ser el nombre de un virus lejano para convertirse en una amenaza directa, el mundo se frenó en seco. Hasta el mar se paró, inmersos quienes de él viven en el pánico ante tan pequeño y fenomenal enemigo. Hubo momentos en los que todo, incluido el futuro, pareció darse por perdido. No fue así. El sector del marisqueo fue de los primeros en adentrarse en la nueva normalidad, con el trabajo racionado de tal manera que la almeja gallega defendiese su mercado, pero sin llegar a saturarlo. Y así se ha pasado el año del tanteo, baremando cada día cuánto pescar y cómo venderlo.
El 2020, con todas sus particularidades, se ha cerrado con un suspiro de alivio en las cofradías, que se temían un desenlace mucho peor. Unos datos mucho más sórdidos. El ejercicio terminó con 32,6 millones de euros facturados en las lonjas, seis millones y medio menos que en 2019. El batacazo, concluyen en todos los puertos, podría haber sido peor.
Carril
«A nosa lonxa non pechou nunca». De nuevo, la cofradía de Carril cerró el año 2020 con la facturación más elevada de toda la orilla sur de Arousa. Claro que esta vez las cuentas se quedaron en nueve millones de euros, uno menos que en 2019. El patrón mayor y presidente de los parquistas, José Luis Villanueva, destaca que la lonja de Carril fue la única «que non pechou en ningún momento, traballamos sempre e foinos ben porque houbo prezos moi bos», de ahí que el valor medio de la subasta pasase de 8,3 euros el kilo a 10,17. Teniendo todo eso en cuenta, Villanueva considera que la rebaja en los ingresos se ha debido no a los viveros, que según sostiene han mantenido el ritmo de siempre, sino a los otros dos sectores del pósito: raño y marisqueo a pie. Los rañeiros, dice, han tenido que hacer frente a un grave problema de depredadores. La agrupación de a pie, a la «mala xestión feita; pagaron este ano o que colleron de máis o pasado, cando sacaron cría. E pediron un cese de actividade que non estaba xustificado».
Cambados
«Aguantamos ben. Os prezos foron de escándalo». Ruperto Costa, el patrón mayor de Cambados, está más que satisfecho con los resultados de la lonja de Tragove. Si en 2019 había facturado 7,7 millones de euros, en este aciago 2020 la cifra se ha quedado en 7,4 millones. En ello ha tenido que ver un incremento de lo precios medios alcanzados en la lonja, que pasaron de los 6,32 euros el kilo a 7,07. Aunque casi todas las especies han hecho frente a unas circunstancias adversas, el precio del marisco de a pie, el de la almeja roja y el de la navaja han sido «de escándalo
O Grove
«Acusamos moito o peche da restauración». En O Grove la facturación de la lonja cayó alrededor de 1,2 millones de euros. También cayeron los kilos vendidos en las subastas. «No Grove notamos moito o peche da hostalaría. Tanto na campaña do centolo, como na ameixa, como no peixe», explican desde la cofradía. En todo caso, tal y como se presentaba el año en marzo, «a verdade é que podía ter sido peor. No Nadal, por exemplo, tivemos moi bos prezos».
A illa
«Para todo o que pasou, a cousa non foi mal». El patrón mayor de A Illa, Juan Rial Millán, asegura que los resultados del año son más que aceptables para un ejercicio como el 2020. «Hai que ter en conta que a nosa é unha lonxa so de marisco. Se non fose por todo o tempo que estivemos parados…». Pero el año fue como fue, y por lonja han pasado 640.000 kilos que se han subastado por 4,9 millones de euros: un millón menos que en 2019. El buen rendimiento de una de las zonas regeneradas con almeja japónica, de la que se extrajeron alrededor de 27.000 kilos, y la fortaleza de la roja han contribuido a que A Illa mantuviese el tipo.
Vilanova
«O prezos do Nadal foron unha loucura; sen eles os datos do 2020 serían peores». La patrona mayor de Vilanova, María José Vales, reconoce que el 2020 «puido ser peor, todo pode ser peor». Pero la caída de facturación y kilos subastados en la lonja ha sido severa, señala. De los 439.000 kilos subastados en 2019 se pasó a apenas 277.000. Y de los 4,4 millones de euros, a 2,9. «O ano foi malo, todo o tempo que estivemos parados tíñase que notar. Pero se non fose polos prezos de Nadal, cando se pagou a ameixa xapónica a 30 euros, o golpe tería sido moito maior», señala la responsable del pósito vilanovés.
Vilaxoán
«La almeja no tuvo problema ninguno». La lonja de Vilaxoán es la más pequeña de las ubicadas en la orilla sur de la ría. En ella se subastaron 68.728 kilos de marisco, 12.000 menos que durante el 2019, y se ingresaron 742.000 euros frente a los 873.163 del año anterior. Hubo caída, reconoce el patrón mayor, Joaquín Santos, pero podría haber sido mucho peor si no fuese porque «la almeja, este año, no tuvo problema ninguno». El producto de las mariscadoras de a pie se vendió bien, lo que explicaría que el precio medio del kilo de producto se mantuviese en los 10,81 euros, unos céntimos por encima del ejercicio anterior. En resumen: tal y como pintaban las cosas en marzo, «el año no fue tan terrible como parecía que iba a ser», según el presidente del pósito.
En pleno mes de marzo, cuando arrancó el confinamiento, muchas voces en Arousa daban por hecho que, con la hostelería cerrada a cal y canto y la gente recluida en casa, no iba a haber mercado para el delicado marisco de la ría. Sin embargo, no tardó en saltar la sorpresa: se demandaba almeja japónica. Eso explica que, a pesar de todos los pesares, que en 2020 fueron muchos, la cantidad de ese marisco subastada en las lonjas durante ese año haya sido, prácticamente, un calco del anterior: 1,4 millones de kilos en 2019 por 1,2 en el año de la pandemia. La facturación fue, también, muy similar: si hace dos años se recaudaron por este producto casi trece millones de euros, en el 2020 la cantidad se quedó en los 12,8. El precio máximo de este marisco rozó en lonja los 33 euros (32,86, para ser exactos) y el mínimo fue de 4,35. El valor medio de la almeja japónica comercializada en las lonjas de la orilla sur de Arousa fue de 10,10, casi un euro más que el año anterior.
Fuente: La Voz de Galicia