La Guardia Civil desarticula una trama con la detención de cuatro personas y la investigación de 5 personas físicas y otras tantas jurídicas
De nuevo una operación internacional ha conseguido desarticular un grupo criminal que introducía en España marisco procedente del furtivismo en Portugal. En este caso, han sido agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, los que, coordinados con la Europol y la Guardia Nacional Republicana (GNR), han protagonizado la denominada operación Cardiidae, que ha supuesto la detención de 4 individuos y la investigación de 5 personas físicas y otras tantas jurídicas de las diferentes provincias andaluzas. Se les atribuye la comisión de delitos contra la salud pública y falsificación de documentos.
La operación se enmarca en la lucha contra el marisqueo ilegal de moluscos bivalvos vivos que, extraídos en bancos naturales del extranjero, se comercializan y venden en el mercado finalista tanto de España como de otros países de Europa. En esta redada fueron intervenidas 16 toneladas de marisco, en su gran mayoría procedente de Portugal y que habían sido recogidos por furtivos en zonas prohibidas, posteriormente introducidos en España con documentos de captura y transporte falsificados, y comercializados aquí sin una correcta o, incluso en algunos casos nula, depuración, tal y como marcan las normas sanitarias a aquellos bivalvos destinados al consumo humano.
En los documentos que acompañaban las partidas de marisco se alteraba tanto el lugar de captura, como la fecha de recogida, el mariscador autorizado y la zona de extracción.
Según explica la Guardia Civil en un comunicado, las 16 toneladas de moluscos intervenidas fueron aprehendidas durante las inspecciones realizadas en diferentes centros de expedición y depuración, así como en instalaciones de acuicultura. También se recogió multitud de documentación que hizo posible la clausura de una instalación, así como el descubrimiento de una depuradora clandestina instalada en un semirremolque que no cumplía ninguna de las medidas que exige la normativa vigente.
No es la primera vez que las fuerzas del orden dan un golpe a las tramas que introducen marisco extraído por furtivos en Portugal. En marzo pasado, una de esas operaciones, la Tagus Clam, salpicó a Galicia, donde fueron inspeccionadas cuatro depuradoras de Arousa y Pontevedra en busca de pruebas con las que demostrar que el marisco que figuraba en los papeles como procedente de la desembocadura del río Sado —catalogado como zona B y, por tanto, apta para el consumo en fresco tras un proceso de depuración— cuando en realidad era del estuario del Tajo, una zona C de la que el bivalvo solo puede tener como destino la transformación. En esa ocasión fueron detenidas ocho personas en Portugal como presuntas autoras de delitos de pertenencia a organización criminal, contrabando, blanqueo de capitales, falsedad documental, delito fiscal y contra la salud pública. También fueron investigadas siete sociedades mercantiles, además de incautarse de más de una tonelada de bivalvo —en su mayor parte almeja japónica—, 120.000 euros en metálico, 25 vehículos, 12 embarcaciones material relacionado con la actividad de pesca, así como equipo tecnológico y documentación fiscal y bancaria.
Fuente: La Voz de Galicia