En la Asociación Gallega de Depuradores de Moluscos (Agade), con medio centenar de asociados en toda la comunidad, una facturación anual de 400 millones de euros y capaz de generar más de mil empleos directos, se están produciendo movimientos importantes. Por un lado, ha decidido abandonar la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA). Y por otro, trabaja para conseguir liderar la comercialización de vieira en la próxima campaña.
Pero es que, además, prepara cambios significativos en la estructura orgánica para que los técnicos tengan mayores responsabilidades en la gestión de la entidad y, de este modo, hacer frente a problemas como los aludidos, a la escasez de almeja en Galicia e incluso a las amenazas que llegan a modo de nuevas leyes estatales. Es por todo ello que se antoja necesario conocer la postura del presidente de la entidad, Roberto Fariña, el empresario cambadés al que todos conocen como “Tito”.
–Uno de los principales motivos de preocupación del sector del mar es la escasez de almeja…
–Realmente se está produciendo poca almeja en Galicia, y es más que notorio que no es suficiente para abastecer la creciente demanda del mercado. Es cierto que el pasado fue un invierno duro, con una altísima mortandad en todas las rías, y a esto se sumaron el problema generado por el parásito de la Marteilia en el berberecho y otros factores que llevan tiempo provocando un desajuste en los mercados.
¿Qué propone? FARO DE VIGO explicó en días pasados que esa escasez puede llevar a los depuradores a intensificar las compras de bivalvos en Portugal.
–Estamos manteniendo conversaciones directas con las cofradías de pescadores y la Consellería do Mar, tratando de encontrar soluciones urgentes. Claro que la posibilidad de la introducción de producto extranjero existe, porque cada vez España es menos dependiente del producto gallego, de ahí que, insisto, el objetivo de todos deba ser el de buscar soluciones. Lo de comprar en Portugal es una opción que está siempre sobre la mesa, pero hay otras posibilidades.
–¿Cuáles?
–Puedo decir, a modo de ejemplo, que algunas de nuestras empresas pretenden invertir en nuevas tecnologías para crear semilleros, pero ni esto ni ningún otro plan de modernización es posible si no hay apoyo económico y organizativo.
¿Organizativo?
–Resulta indispensable desarrollar una hoja de ruta participada por la Xunta y las cofradías para aumentar la productividad de los bancos marisqueros existentes, pero también para poner en valor las zonas que a día de hoy no son productivas. En las cofradías ya nos avanzaron, por ejemplo, que la campaña de libre marisqueo que empieza el mes que viene en Arousa va a ser muy mala, como lo fueron las últimas. Esto justifica, más si cabe, la necesidad de medidas contundentes. Pero también implica que el sector productor deba cambiar su forma de gestionar sus bancos marisqueros.
–¿A qué se refiere con eso de cambiar el método de trabajo en las zonas productoras?
–En el momento que tengamos producto para colocar en el mercado hay que hacerlo. No se puede aguantar el marisco en las playas esperando a que suban las cotizaciones y arriesgándose a que lo mate un temporal, una toxina o cualquier otro episodio. Ya se ha visto en demasiadas ocasiones que es una práctica arriesgada y que, a la postre, quien sale perdiendo es el propio mariscador. Debemos tener claro, de una vez por todas, que la producción tiene que adaptarse a los mercados, y no al revés.
¿Cómo se hace?
–Llevamos muchos años pidiendo a las cofradías que gestionen el libre marisqueo pensando en la temporada de verano, porque es muchísimo más potente. De nada vale tener una superproducción de almeja y berberecho en noviembre o marzo cuando en realidad el mercado demanda esos productos entre junio y agosto. De ahí la necesidad de aplicar un cambio de filosofía y que las cofradías sepan adaptarse a unas tendencias de mercado cada vez más complejas. Claro que la falta de producción nos preocupa. Y claro que el cambio climático es una causa fundamental. Pero también es cierto que si los métodos de trabajo no se adaptan a las condiciones actuales de consumo no hay nada que hacer.
–En cualquier caso, el gran problema es la falta de reclutamiento de juveniles, y eso no depende de las preferencias de mercado. ¡Habrá que adoptar otras medidas!
–Lógicamente. No se trata solo de planificar mejor las campañas, sino que debemos poner sobre la mesa nuevas ideas y readaptar el trabajo en el mar, quizás volviendo a los años ochenta.
–¿Eso no sería un paso atrás?
–En absoluto. Sería aprender de la experiencia. Quizás haya que trabajar mucho más o de otro modo y regenerar las zonas improductivas, oxigenar el substrato, luchar contra los depredadores… En definitiva, que hay que “labrar” el mar porque año tras año la producción baja y los competidores aumentan.
–FARO avanzaba ayer que Agade abandonaba la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA)… ¿Por qué?
–Vamos a seguir en federaciones análogas y/o de carácter empresarial pero nos desvinculamos de la PDRA porque no podemos participar y apoyar asociaciones que pongan en duda nuestro producto y aludan a la presencia de contaminantes o metales pesados en los mismos, ya que se trata de productos completamente seguros que llegan a los mercados con totales garantías.
Es cierto que estamos preocupados con los contaminantes en las rías, y muy especialmente nos alarman los grandes focos detectados en Concellos como Pontevedra, donde la situación del saneamiento es escandalosa. Tampoco nos olvidamos de Vilagarcía, Rianxo y otras localidades con problemas de vertidos. La propuesta de Agade es tejer alianzas sólidas con asociaciones de carácter empresarial, como estamos haciendo con el clúster de acuicultura, con Anfaco y tantos otros colectivos.
¿Quiere decir que formando parte de la PDRA estaban tirando piedras sobre su propio tejado?
–Efectivamente. Debo reconocer que por un lado echamos de menos el apoyo expreso y contundente a Agade en nuestra lucha contra la nueva Ley de Cambio Climático, ya que puede suponer la ruina para todo el sector del mar-industria. Como tampoco entendemos que se pueda decir que el producto tiene plomo o que hay contaminantes químicos en las rías cuando eso no es cierto, ya que nuestro producto llega al consumidor con totales garantías.
Ese posicionamiento de la PDRA hizo que grandes centros de distribución nacionales nos mostraran su preocupación por esas informaciones, por lo que tuvimos que dejarles muy claro que nuestro producto es totalmente seguro y que ese tipo de informaciones o acusaciones de la plataforma no tienen ningún tipo de rigor técnico.
–Dicho de otro modo, que pueden coincidir en el fondo pero no en la forma… que están de acuerdo con la PDRA en muchos aspectos pero se sienten ninguneados.
–Claro que no estamos de acuerdo con la mina de Touro, que plantea un serio problema de ámbito jurídico, y claro que nos oponemos a todos los contaminantes, vertidos o amenazas para el medio natural que nos da de comer. Pero no se puede actuar de forma imprudente ni vamos a tolerar que se ponga en duda la calidad y seguridad alimentaria de nuestros productos.
Fuente: Faro de Vigo