El presidente de la OPP-89 no se deja amedrentar e insiste en que el acuerdo con Cobres San Rafael es satisfactorio para todos
José Luis Villanueva Vicente, patrón mayor en la cofradía y presidente de la OPP-89 Parquistas de Carril, se dirige a sus asociados, al pueblo carrilexo y al conjunto de los sectores productivos de la ría de Arousa para sentenciar que “cuando hay un problema hay que buscar soluciones, y eso es lo que buscamos nosotros al firmar un convenio con Cobres San Rafael para que esa empresa estudie y garantice la calidad del agua y los bivalvos en la desembocadura del Ulla y la ría de Arousa”.
Lo considera “una oportunidad única que es necesario aprovechar”, ya que mediante este plan de control de la calidad del agua y sus productos “se garantiza una vigilancia por la que llevamos peleando muchos años”, la cual va a ejercerse tanto si funciona la mina de Touro como si no.
De este modo el patrón se posiciona después de las críticas vertida por algunos parquistas y/o mariscadores contra el convenio que, como se explicaba la semana pasada, se presenta como una especie de compensación mediante la que garantizar la inocuidad de la mina de Touro y detectar cualquier alteración en el medio marino, en el supuesto de que llegue a producirse.
Es por ello que, “dado que hay gente que se está poniendo nerviosa”, José Luis Villanueva quiere ser “meridianamente claro respecto a las motivaciones que nos llevaran a aceptar que los responsables de la mina quieran financiar un plan de control que, en realidad, es una demanda nuestra, por lo que todos deberíamos mostrarnos satisfechos”.
Lo que hace es aludir a los críticos recordando que “sucede lo mismo que pasó con algunas mariscadoras que, megáfono en mano, se dedicaban a acosar a sus propias compañeras en el pasado, y ahora critican la mina de Touro, cuando no es eso lo que está en cuestión en estos momentos, sino que se trata de la puesta en marcha de un estudio sobre la contaminación en el río, que es algo por lo que llevamos peleando décadas desde los sectores productivos”.
Lo que quiere decir es que “ese ambicioso estudio del agua y ese plan de vigilancia se pueden hacer realidad ahora porque alguien, por su propio interés, quiere financiarlo; y bienvenida sea esa decisión, de ahí que lo lógico y razonable sea aceptar la propuesta y permitir que afronten ese proyecto de control, en lugar de adoptar posturas intransigentes que no ayudan en nada”.
Abundando en ello, José Luis Villanueva lamenta que “hay personas que se oponen a este plan sin motivo alguno, y al hacerlo están oponiéndose a saber de dónde vienen los problemas para poder adoptar las medidas que sean necesarias”.
Tras aclarar que “esto es lo mismo que lleva años demandando la Plataforma en Defensa da Ría (PDRA)”, el presidente de la OPP-89 Parquistas de Carril también sostiene que propuso que fuera ese colectivo el que firmara el convenio con Cobres San Rafael.
José Luis Villanueva – Patrón mayor de Carril
Dado que no fue así, lo firmó la propia agrupación de parquistas, motivo por el cual “ahora surge una jauría de hienas que tratan de meter mano a la cofradía, y esto es algo que no vamos a tolerar”.
De este modo, el patrón mayor y presidente de los parquistas de Carril no solo defiende con firmeza el convenio suscrito con Cobres San Rafael para velar por la calidad del agua en el Ulla y su desembocadura. También advierte de que sus detractores “no van a conseguir nada”.
Deja claro que “vamos a seguir adelante en defensa de los intereses de todos y de la máxima calidad del agua, lo cual es bueno y necesario tanto para los parquistas y la cofradía de pescadores como para el turismo y la sociedad en su conjunto”.
En definitiva, que “el objetivo siempre fue lograr un diagnóstico exhaustivo, científico y claro para determinar cuáles son los problemas que amenazan al río Ulla, a la ría de Arousa, a nuestros parques y a nuestras concesiones marisqueras –proclama José Luis Villanueva–, y ahora que surge esa oportunidad de conseguirlo y de disponer de financiación para ello, lo único que vamos a hacer es aprovecharla, por el bien común”.
No está de más recordar que el convenio se traducirá en la implantación de un sistema de control medioambiental del río Ulla y su desembocadura en Carril.
Dicho de otro modo, que se establecerá un mecanismo de monitorización de la calidad de las aguas que será responsabilidad de la Estación de Bioloxía Mariña da Graña, dependiente de la Universidade de Santiago de Compostela y encargada en este caso de “una medición continua de parámetros fisicoquímicos en las zonas de extracción del ámbito territorial de la cofradía de Carril”.
Este mecanismo de control, que además recibirá el respaldo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), permitirá “garantizar la calidad de las aguas y la no afectación al Ulla”, además de abrir las puertas a la adopción de todo tipo de acciones que contribuyan a mejorar el estado de salud del río y, en consecuencia, de la ría de Arousa.
Ni que decir tiene que también permitirá “obtener datos contrastados sobre cualquier afección que pudiera detectarse sobre las aguas del Ulla por parte de cualquiera de las actividades económicas o residenciales que se desarrollan en el entorno de su cauce”, lo cual es considerado por Cobres San Rafael como un ejercicio de responsabilidad y transparencia por parte de la empresa.
De este modo también se consigue profundizar en “un plan más ambicioso e integral que incluye el amplio estudio realizado por científicos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo en la cuenca fluvial del río Ulla y su estuario”.
El mismo proyecto que, bautizado como “Ambarulla”, permitió concluir que «la antigua mina de Touro no tiene ninguna afección sobre la calidad de las aguas de la ría de Arousa”, sentencian en Cobres San Rafael.
No sin antes recordar que, paralelamente, se llevaron a cabo otras acciones de preservación medioambiental ligadas a la mina, tales como “la ejecución de obras de limpieza del río Portapego, en Touro”, donde la compañía dice trabajar también “en el diseño e implementación de medidas de restauración integral de las aguas de la antigua explotación minera”.
Todo ello forma parte del forma parte del plan de sostenibilidad y responsabilidad de la compañía denominado “Transparencia, Ética y Responsabilidad Real Ambiental y Social” (Terras), que impulsa “acciones que provoquen un impacto positivo en el entorno”.
El mismo que, en lo referido al convenio suscrito con la agrupación de parquistas de Carril, hará que el CSIC se encargue de acciones como “el análisis de metales pesados en los sedimentos de la cuenca del Ulla, su estuario y la parte interna de la ría”.
Todo ello, insisten los firmantes del acuerdo, “con carácter previo al reinicio de la explotación de la mina de Touro-O Pino”.
Fuente: Faro de Vigo