Pretende demostrar la inocuidad de la explotación industrial para el marisco de la ría de Arousa
Responsables de la empresa cobres San Rafael que se propone explotar la mina de Touro celebró ayer la primera reunión técnica con la Asociación de Parquistas de Carril para decidir la situación de la sonda multiparamétrica que ha adquirido para determinar la procedencia y tipo de metales pesados que llegan a la ría a través del Ulla.El instrumento, en el que se invirtieron 25.000 euros, permitirá evaluar la calidad de las aguas en todo momento y establecer asimismo la procedencia de la contaminación, un estudio que estará avalado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas y la Estación de Bioloxía Mariña da Graña, dependiente de la Universidad compostelana.Los directivos de la empresa minera han subrayado que ya cuentan con estudios realizados durante todo el pasado año en la red fluvial próxima a la mina de Touro, actividad que se proponen recuperar.En los informes emitidos por los científicos que participaron en estos análisis se determina que efectivamente existe un elevado índice de contaminación en las proximidades de la desembocadura del río Ulla, pero que atribuyen a vertidos urbanos e industriales de estos municipios, de modo que Padrón o Pontecesures podrían tener mucho que ver en la situación real.Explican que a lo largo del recorrido del Ulla, los niveles de contaminación se reducen de forma muy considerable a la altura de la comarca del Deza por lo que en principio sería difícil atribuir la presencia de mercurio, cadmio y otros metales a los arrastres de la mina.Este trabajo influyó en la decisión de Parquistas de Carril a la hora de desmarcarse de las críticas a esta actividad industrial
Faro de Vigo