Ocho mariscadoras y dos parquistas presentaron ayer su renuncia “irrevocable” | Entre ellos, la vicepatrona y el presidente de a pie | Con los tres abandonos previos suman 13
El conflicto no abandona la cofradía de pescadores de Carril. Las diferencias entre el patrón mayor y los socios críticos con su gestión han estallado con una oleada de dimisiones que obligará a la disolución de los órganos de gobierno, teniendo que constituir la Consellería do Mar una comisión gestora que dirija el pósito provisionalmente (hasta la convocatoria de elecciones que serán a final de año para todos los pósitos), según las fuentes consultadas.
La Xunta Xeral está formada por veinticinco miembros. De ellos, ayer presentaron su renuncia “irrevocable” diez (ocho del sector de marisqueo a pie, un trabajador parquista y un empresario parquista). Si se tienen en cuenta otras tres dimisiones anteriores, la cifra total alcanza las trece, es decir, más de la mitad de los vocales de la junta.
Entre las personas que acaban de abandonar sus cargos en la cofradía carrilexa se encuentran la vicepatrona, Rita Vidal, y el presidente de la agrupación de marisqueo a pie, Rolando Vidal, que al marcharse de la Xunta Xeral también lo hace de sus demás responsabilidades en el pósito.
La vicepatrona manifiesta en sus redes sociales que desempeñar este cargo (durante tres años y ocho meses) “será para siempre uno de mis mayores logros; luchamos como si no hubiera un mañana para tener una cofradía de todas/os, emocionada no, lo siguiente, orgullosa de cada uno/a de vosotros/as, vuestro apoyo, nuestras motivaciones, nuestros malos momentos, hoy salimos como entramos, juntos, unidos y ese es el mayor de los actos de honestidad que nos podemos entregar, una decisión que nos dará libertad”.
Fuentes próximas a los dimisionarios explican que en base al Decreto de Cofradías, el pósito dispone de cinco días para comunicar la situación a la Consellería, departamento que una vez tenga constancia oficial de las dimisiones y de la disolución de los órganos de gobierno, deberá formar una gestora en un plazo máximo de quince días. Este equipo, con ayuda de la asistencia técnica, será el que también asuma la dirección de la agrupación de mariscadoras.
Según expone un portavoz del grupo dimisionario, han tomado la decisión a raíz de los “múltiples escándalos judiciales” y del “continuo enfrentamiento” del máximo responsable de la cofradía con “todas aquellas personas que muestran su libre opinión sobre la gestión de una entidad secuestrada y degradada por la indignidad y el miedo desde hace ya mucho tiempo”.
Estas dimisiones en bloque no son las primeras que se producen en el seno de la cofradía de pescadores de Carril. En marzo de 2017 la directiva de las mariscadoras presidida por Lidia García presentaba la renuncia a sus cargos “por falta de entendimiento con José Luis Villanueva”. “Consideramos que sus formas no son las correctas, ya que impone en la mayoría de los casos sus decisiones y opiniones ante nuestras propuestas, crea tensiones entre los distintos miembros de la agrupación y se mete en asuntos que creemos que no son de su incumbencia”, según rezaba la carta de renuncia de las mariscadoras presentada el 9 de marzo de 2017.
Tras este episodio, la directiva de la agrupación se renovó al completo, convirtiéndose en presidente Rolando Vidal. Pero la relación con el máximo mandatario del pósito no mejoró en absoluto. De hecho ha sido tensa desde el principio hasta el final.
Los actuales dimisionarios todavía no han hecho público el escrito en el que exponen los motivos que les han llevado a abandonar la Xunta Xeral. No obstante desde su entorno más próximo aluden a las malas relaciones con el patrón y a la imagen que los últimos acontecimientos dan al pósito.
Fuente: Faro de Vigo