El águila de mar y el cangrejo dormilón están vigilados
La Organización de Productores Pesqueros Parquistas de Carril (OPP-89) lleva tiempo trabajando en colaboración con diferentes entidades u organismos para la adopción de medidas con las que frenar la acción de los depredadores.
Y necesita hacerlo porque la agrupación que dirige José Luis Villanueva Vicente quiere que la lonja carrilexa siga siendo una de las referencias indiscutibles de Galicia; el año pasado con más de 9 millones de euros facturados por la venta de 911 toneladas de producto. ¡Nada menos que 132 millones de euros en las dos últimas décadas!
Mantener esa capacidad productiva pasa, precisamente, por controlar a los depredadores que acechan a los parques de cultivo, también afectados en ocasiones por las riadas y la acción de parásitos como la Marteilia.
De ahí que, una vez completados los estudios para identificar a las especies depredadoras, abanderadas por los cangrejos y el águila de mar, popularmente conocida como “ouxa”, ahora llegue el momento de intervenir.
Esto explica que en el presente ejercicio vaya a desarrollarse el “Programa de prevención y protección de depredadores en los parques de cultivo” de la OPP-89, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (Fempa) y la Xunta.
Sus objetivos, explican en la entidad que preside José Luis Villanueva, están bien definidos, y se centran tanto en dar seguridad a los parquistas y garantizar la rentabilidad de sus inversiones en los viveros, como en el “mantenimiento del equilibrio ambiental y la biodiversidad marina de la zona”.
Así lo resaltan Villanueva y su equipo cuando presumen del trabajo efectuado, y del que está por realizar, para combatir a depredadores como el águila de mar (Myliobatis Aquila), “que lleva más de diez años quitando el sueño y el sustento a los mariscadores de la ría de Arousa”.
Un “infatigable depredador que consume bivalvos, crustáceos bentónicos y moluscos de forma ávida e imparable, puesto que carece de depredadores naturales y su nimio valor comercial hace que tampoco sea objetivo de ninguna flota”, reflexionan los parquistas.
En su anuario de 2022 abundan en ello dejando constancia de que el águila de mar “ha crecido exponencialmente en la última década, formándose en grandes bancos de ejemplares que, en algún caso, pueden llegar a alcanzar incluso los 30 kilos de peso”.
Razones por las cuales la presencia de este animal en los bancos marisqueros constituye una auténtica amenaza que merma la producción de especies como la almeja, el berberecho y la navaja.
El mayor problema, incide la OPP-89, es que estas especies depredadoras e invasoras “no solo afectan significativamente a la producción de bivalvos, sino que generan modificaciones en el ecosistema que pueden verse agravadas en los próximos años, ante los eventos provocados por el cambio climático y la aparición de nuevas especies alóctonas”.
De ahí la necesidad de alcanzar “un equilibrio entre la seguridad y rentabilidad de las inversiones realizadas en los parques de cultivo, especialmente en cuando a compra de materiales y semilla, con el mantenimiento del ecosistema y la biodiversidad marina de la zona”.
La Universidade de Santiago avala esta teoría cuando el Instituto de Acuicultura perteneciente al Campus Vida resalta que “existen numerosas especies marinas que tienen como parte fundamental de su dieta los moluscos bivalvos, tanto individuos adultos como en sus primeros estadíos del desarrollo”.
Lo que sucede es que “la existencia de poblaciones sobredimensionadas de estas especies en el medio natural y, particularmente, en los parques de cultivo y zonas de marisqueo colindantes, como bien han observado los parquistas y otras organizaciones marisqueras de la ría en los últimos años, provoca un efecto directo sobre la cantidad y calidad de los moluscos bivalvos cultivados”.
Para saber más sobre esos depredadores y ver el modo de combatirlos, el trabajo de campo desarrollado por los Parquistas de Carril a lo largo del pasado ejercicio permitió capturar y estudiar algunos ejemplares, bajo supervisión de expertos y con autorización de la Dirección Xeral de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica de la Xunta de Galicia.
Fue en agosto, solo unos días después de obtener los permisos, cuando se reunieron los parquistas participantes en el plan de control de depredadores para familiarizarse con el proceso y la correcta marcación de las zonas en las que desarrollar el trabajo, señalizadas mediante boyas.
Fueron seis las embarcaciones propias de los parquistas que participaron en la recogida de ejemplares desde el amanecer hasta media hora antes del ocaso.
Aquello dio como resultado la captura de “ouxas” y ejemplares de cangrejo dormilón y cangrejo común, siendo éstas las especies más peligrosas para los parques de cultivo carrilexos.
Como dato curioso puede decirse que se capturaron 344 águilas de mar, con una talla media de 55 centímetros, así como 2.262 individuos –de 70 por 55 milímetros– de cangrejo dormilón y 1.500 cangrejos comunes, de unos 45 por 34 milímetros.
Según la Universidade de Santiago, cangrejos de las especies “Atelecyclus undecimdentatus” y “Carcinus maenas”; la primera de ellas “conocida comúnmente con el nombre de dormilón o peludo, cuyo hábitat es preferentemente el agua de no más de 30 metros de profundidad”.
El segundo es el “cangrejo común o cangrejo verde europeo; con alimentación omnívora, aunque se alimenta fundamentalmente de moluscos y crustáceos, muy abundante y con gran adaptabilidad, aunque vive preferentemente en la zona mareal e intermareal y submareal”.
Universidade de Santiago
Abundando en ello, los investigadores dejaban constancia de que “estas dos especies de cangrejos capturadas causan un gran daño biológico y económico a los parques de cultivo de bivalvos, ya que cada individuo puede consumir, al día, de 10 a 50 almejas, dependiendo de su talla”.
Las rayas capturadas, por su parte, eran “las conocidas ouxas o chuchos; águilas de mar comunes cuyo nombre científico es ‘Myliobatis aquila’ y que son peces marinos carnívoros que se localizan en los fondos, camuflándose en la arena y alimentándose fundamentalmente de moluscos y crustáceos bentónicos, de tallas medias y altas, esquilmando las zonas de cultivo”, informaba la Universidade de Santiago.
En base a todo ello, sentenció: “Se puede afirmar que las ‘ouxas’ y los cangrejos son claramente los principales organismos depredadores presentes en los parques de Carril, causando un gran daño en los cultivos, por su voracidad en la ingesta de bivalvos de talla variada, más pequeña por los cangrejos y más grande, por las águilas. Por consiguiente, se considera oportuno intensificar los trabajos de control de depredadores y los estudios sobre su modo de actuación”.
Fuente: Faro de Vigo