A pesar del poco peso del marisqueo, la OPP-89 hace del puerto vilagarciano uno de los más importantes de Galicia
La Organización de Productores Pesqueros Parquistas de Carril (OPP-89) ha conseguido afianzar a su lonja en el “top ten” de los puntos de primera venta existentes en Galicia.
Con 135 millones de euros facturados desde el año 2000, tras la venta de 19.000 toneladas de producto –en su inmensa mayoría almeja y berberecho–, el pequeño puerto vilagarciano se codea con una cuna del marisqueo como Noia, siendo estos dos puertos superados únicamente por los grandes “monstruos” de las descargas de pescados, mariscos y cefalópodos de Galicia.
Lógicamente, los primeros puestos del ranking están ocupados por las “rulas” en las que se dercarga pesca de altura y gran altura, como pueden ser Vigo, A Coruña y Burela, que el año pasado se situaron al frente de la clasificación, por ese orden, tras facturar 92, 65 y 63 millones de euros, respectivamente.
A continuación ya solo aparecen Celeiro y Ribeira, con 49 y 40 millones de euros en 2022, antes de las dos lonjas marisqueras por excelencia antes citadas, Noia y Carril, que cerraron el pasado ejercicio con 13 y más de 9 millones de euros, respectivamente.
Tras ellas, O Grove, que ingresó 8 millones, Cambados, que se acercó a esa cifra, y Cedeira, que cierra el “top ten” con algo más de 6 millones de euros.
Pero lo que más llama la atención, tanto por sus particularidades como por el buen resultado obtenido, es lo que sucede en Carril, donde la presencia del marisqueo a pie y a flote es casi testimonial.
Prueba de ello es que de los 135 millones de euros facturados desde el año 2000, nada menos que 113 millones correspondieron a las ventas del producto de los parquistas.
José Luis Villanueva – Presidente de la OPP-89
Para entender mejor la importancia de estos datos, puede decirse que se acercan a los de O Grove, que consiguió en esas dos décadas 153 millones de euros.
Y eso que la rula meca incorpora muchas más especies que la carrilexa, con el centollo como gran estrella.
Y eso a pesar de que los parquistas explotan alrededor de un millón de metros cuadrados, frente a los casi 8 millones de metros que se reparten las agrupaciones de marisqueo.
Es evidente, por tanto, que hablar de la lonja de Carril es hablar de los parquistas. Y más aún desde el año 2015, coincidiendo con el arranque de los sucesivos mandatos de José Luis Villanueva al frente de ese colectivo y de la cofradía de pescadores.
Convertidos bajo su mando en la OPP-89 que son ahora, los parquistas marcaron el año pasado su récord histórico, tras superar los 8 millones de euros, mientras que el marisqueo a pie ingresó 617.450 y los rañeiros, apenas 427.000, correspondiendo a los naseiros los 134.185 restantes.
Y eso que no todos los parquistas venden su producto en la lonja de Carril, ya que, de hacerlo, la diferencia sería mucho mayor.
José Luis Villanueva está convencido de que una vez desarrollado el proyecto previsto en las naves del muelle de O Ramal, la lonja de Carril seguirá escalando posiciones a nivel autonómico.
Lo cree así porque “en la actualidad hay parquistas que no venden en la lonja de Carril, sino que van a otros puertos o comercializan directamente a través de depuradoras, generando una facturación extra de unos 5 millones de euros”.
Quiere esto decir que, al centralizar todas las operaciones en la nave de clasificación prevista en O Ramal, ese dinero se sumará a lo que ahora generan los parquistas en la lonja carrilexa –8 millones de euros el año pasado–, “por lo que podrán alcanzarse los 14 o 15 millones de euros”, espeta el presidente de la OPP-89.
Un dominio, el de los parquistas, igual de evidente en 2021, con 7,8 millones de euros que situaron a este colectivo muy por encima del marisqueo a pie, con 265.791 euros, del marisqueo a flote, que facturó 343.709 euros, y de los naseiros, con 105.221 euros.
Lo cierto es que la superioridad es siempre notoria, como lo demuestra que en 2020 la OPP-89 ingresara casi 8 millones de euros y que todos los demás socios de la cofradía sumaran alrededor de 1,2 millones.
Antes de la pandemia sucedía lo mismo. En 2019, sin ir más lejos, la lonja de Carril marcó su récord histórico, superando los 10 millones de euros en facturación. De esa cantidad, 7,7 millones de euros correspondieron a los parquistas, con un millón del marisqueo a pie y 1,3 millones del marisqueo a flote.
Tendencia que, cabe insistir, se mantiene desde 2015, cuando los parquistas generaban más de 6 millones de euros en una lonja que facturaba 7 millones, repitiéndose los ingresos de la OPP-89 en 2016, 2017 y 2018.
José Luis Villanueva – Patrón mayor de Carril
Lejos queda ya aquella primera década del siglo actual en la que la almeja y el berberecho de los parques de cultivo suponía ingresos en lonja casi ridículos, como los 212.481 euros del año 2000 o los 850.000 de 2001.
Entre 2002 y 2014 se mantuvieron los ingresos de los parquistas entre los 3 y los 5 millones de euros anuales, con la excepción de los casi 6 millones obtenidos en 2011.
En todos los casos la facturación es muy superior a la ofrecida por el marisqueo, que es algo que se aprecia, igualmente, en lo que va del presente ejercicio, cuando la OPP-89 ya se acerca al primer millón de euros y el marisqueo apenas generó 65.000.
“No hay duda de que somos la clara referencia social y económica de Carril y una de las entidades de referencia en Galicia”, indica el presidente de los parquistas.
“Lo conseguimos con trabajo y una buena planificación, sin las ayudas para siembras, vigilancia, asistencia técnica y para financiar ceses de actividad que sí recibe el marisqueo”, apostilla José Luis Villanueva.
El dominio que ejerce la OPP-89 en la lonja de Carril se explica, al menos en parte, “porque en el marisqueo a pie son 87 personas y normalmente trabajan una treintena, ya que los demás están de baja o parados por cese de actividad”, explica el propio Villanueva.
Una situación que “se aprecia también en el marisqueo de otros puntos de la ría y de Galicia y que requiere de una profunda reflexión”.
Dice esto porque, “si bien los parquistas tenemos nuestros viveros entre las zonas de producción del marisqueo a pie y a flote, parece que los problemas de salinidad, de algas, toxinas, depredadores y tantos otros, no nos afectan igual que a los mariscadores”.
Quizás sean “plagas y amenazas selectivas”, ironiza Villanueva, antes de indicar que “lo que hace falta es ganas de trabajar, olvidarse de la picaresca para acceder a ayudas y actuar con profesionalidad para combatir las amenazas que nos acechan; y eso es lo que hacemos los parquistas, en lugar de estar pensando en ceses de actividad y subvenciones”.
Dicho lo cual, sentencia que, “como hijo de mariscadora que soy, como niño criado en el mar de O Cavadelo que pasó mil penurias, y como hombre de mar que busca el mejor futuro del sector, no deja de preocuparme la deficitaria situación que atraviesa el marisqueo, tanto en Carril como en Os Lombos do Ulla y otros puntos de la ría, de ahí que desde la cofradía ofrezcamos toda la colaboración que sea necesaria para ayudar a reconducir tales situaciones”.
Fuente: Faro de Vigo