Los primeros resultados del informe elaborado gracias al acuerdo entre Parquistas de Carril y Cobre San Rafael señala las condiciones del agua como «buenas o muy buenas»
Parquistas de Carril OPP89 y Cobre San Rafael firmaron en enero del año pasado un convenio para la «implantación de un sistema de control medioambiental del Río Ulla y su desembocadura en la ría de Arousa». Es un proyecto que se divide en varios bloques: un estudio de los sedimentos y un estudio del agua articulado sobre dos pilares, por un lado las muestras recogidas en febrero y noviembre del año pasado en catorce puntos de control situados en al desembocadura del río y los datos recabados por tres sondas que han recogido valores en continuo durante varios meses. Este miércoles, en Carril, se presentaron los primeros datos obtenidos en el marco de este convenio entre los productores carrilexos y la empresa que promueve la reactivación de la mina de Touro. Esos primeros datos resultan sorprendentes. La calidad de las aguas de este río, señala Xosé Lois Otero, «é boa ou moi boa». Claro que él mismo recuerda que esa conclusión se sustenta sobre los datos recogidos en dos ocasiones -una a finales del invierno, en el mes de febrero, otra en noviembre- en una red de catorce puntos elegidos mano a mano con el sector. «Son catorce puntos nun tramo curto, entre Pardrón e Catoira», así que se puede considerar el informe como intensivo, aunque no es más que la foto fija de dos días. «Non vale nin para o día antes, nin para o día despois».
Pero los días 26 de febrero y 15 de noviembre la calidad del agua en los catorce puntos analizados ha sido buena o muy buena. Esa conclusión se sustenta sobre parámetros como la salinidad, el PH, la acidez, los sólidos en suspensión… El estudio apunta a que las zonas donde se registra menor calidad es en el entorno de las desembocaduras de caudales procedentes de depuradoras. Xosé Lois Otero apunta, también, a un problema que se da río arriba y que no hay que perder de vista, y es la existencia de «un problema moi serio cos puríns, que detectamos pola presenza importante de coliformes e estreptococos de orixe animal; despois de Padrón predominan os de orixe humano».
Realizó el técnico, también, un somero repaso por los datos aportados por las sondas instaladas en tres puntos de la desembocadura del Ulla. Estas han recogido valores como oxígeno, sólidos en suspensión o clorofilas cada cinco minutos durante varios meses. Los datos aún están empezando a ser analizados y permiten trazar el calendario de las mareas, ya que estas evidentemente condicionan esos valores. A la espera de un análisis más detallado de las lecturas, parece evidente la existencia de cambios muy bruscos en determinadas variables, «con oscilacións periódicas importantes nos bancos marisqueiros de Carril, que forman parte da propia dinámica dos bancos». La sonda, sin embargo, no pudo medir por un problema técnico las caídas de la salinidad registradas en diciembre y que tuvieron un notable impacto en la producción. «Temos que analizar os datos sobre os niveis de clorofila, que son complicados de entender», señala el coordinador de este estudio. Xosé Lois Otero, que también ha realizado un estudio sobre los recursos marisqueros de Ferrol y elaborando uno similar sobre la ría de Pontedeume, considera que en el caso de Arousa, o al menos en lo que se refiere a Carril, «non hai ningún parámetro que indique que as augas están relacinadas coa mortandade dos bivalvos». El debilitamiento de la capacidad productiva «non é exclusivo de Carril nin de Arousa», sentencia Otero, quien considera que lo que está pasando en la costa gallega es el resultado de un conglomerado de cosas, como el cambio climático o la mayor concentración de limos, que generan estrés a los bivalvos y que, aunque no los matan, «vólvenos máis sensibles a parasitos e enfermidades».
Señala Xosé Lois Otero que los resultados de las investigaciones realizadas hasta el momento no son concluyentes y que es necesario seguir trabajando. Parece que se hará: Cobre San Rafael asegura estar dispuesto a renovar el convenio con los parquistas para seguir tomando muestras, «probablemente noutras épocas do ano» para seguir conociendo la realidad del río. El presidente de la Agrupación de Parquistas, José Luis Villanueva, tiene claro que es necesario completar la información de la que se dispone. «Estou convencido de que a maioría da contaminación vén polos ríos. De cando en vez o Ulla está enfermo e nos contaxia a nós, e haberá que diagnosticar ben que é o que ten», sentencia.
Fuente: La Voz de Galicia