La conservera Friscos nació hace 75 años. «En realidad un poco más», matiza Rosa Nieto, la directora general de la empresa. Ella lo sabe bien: fue su bisabuelo quien echó a andar el negocio. «Empezó trabajando en la fábrica de Goday, en A Illa… Y acabó montando su propia fábrica». El bisabuelo hizo mucho más que eso: activó la brújula que aún hoy indica el camino a sus sucesores. «El origen, a nosotros nos ha marcado. Tenemos la visión de fábrica, industrial, pero sin perder de vista, en ningún momento, la calidad. Nosotros fabricamos para para las principales marcas que hay en el mercado, pero no para todo el mundo: solo para gente que quiera calidad». Quien habla es Antonio Vázquez, el director de márketing y ventas.
Así que Friscos lleva 75 años enlatando lo mejor del mar, y haciéndolo de la mejor manera posible. «Para poder ser competitivos, hemos tenido que apostar por la innovación y por la tecnología», explica Antonio. La fábrica de Catoira, en la que trabajan entre 150 y 250 personas, es un pequeño búnker organizado y diligente, donde se apuesta por el producto gallego. «Gallego y además bueno», puntualizan los responsables de una fabrica de producciones grandes en las que el atún y el mejillón gozan de un liderazgo indiscutible.
El trabajo lleva 75 años haciéndose, y haciéndose bien. En ello tiene que tener algo que ver, por fuerza, la pasión que los responsables de la empresa demuestran por todo lo que se traen entre manos. «Le dedicamos mucho tiempo a la empresa. ¡Como para que no te guste!», bromea Rosa Nieto. Hace ya unos años, quizás tomando un café, a alguien se le ocurrió lanzar una línea de conservas «canallas», de enlatar sorpresas imposibles. La idea maduró, fue tomando varias formas, y al final cristalizó en la línea de conservas Fusión tierra y mar. Unas conservas en las que productos de máximo nivel se asocian entre sí, formando combinaciones maravillosas.
«Esta no es una línea para hacer negocio. Los costes de producción son muy altos», relata Antonio Vázquez. «No. Con esto no nos vamos a hacer ni más ricos, ni más pobres», insiste Rosa. Entonces, ¿por qué esa apuesta? «Para nosotros, esto es un premio». Una oportunidad de jugar, de experimentar, de darle una vuelta de tuerca a todo lo aprendido a lo largo de años de oficio y tradición.
De momento, en esta gama de Friscos hay dos recetas ya en el mercado. Una, el mejillón en salsa de vermú de albariño. La otra, las almejas de Carril enlatadas con la salsa de la fiesta. En ambos casos, «tuvimos que hacer muchísimas pruebas» hasta llegar al punto exacto de cocción, a la mezcla justa de la salsa, a la combinación perfecta de ingredientes.
En estos experimentos culinarios, la gente de Friscos ha sabido buscar los mejores aliados. En el caso de la receta de mejillones con vermú Petroni, delegaron la elaboración del plato en Óscar Vilar, un cocinero con mucho que decir. «No fue un trabajo fácil. Hay que tener en cuenta que durante el enlatado, el producto pasa por tres procesos térmicos, y hay que saber cómo le afectan a lo que hay dentro de la lata, qué evolución va a tener el producto», cuenta Alberto. Así que hubo una larga fase de preparativos, de pruebas y errores, de pasos adelante pequeños pasos atrás. El resultado es sorprendente: un maridaje que estalla en mil matices inesperados.
El segundo producto de esta gama es la Almeja de los Parquistas de Carril enlatada en la salsa de la famosa fiesta de agosto. «Esta conserva pretende ser un homenaje a la gente que se pasa todo el año trabajando en el mar, en los parques de cultivo, y que tienen detrás una tradición de quinientos años», explica Antonio Vázquez. En este caso, quien los ha asesorado en la elaboración de la salsa ha sido un carrilexo, «un hombre ya muy mayor» que siempre se ha encargado de la preparación de la salsa para la fiesta gastronómica de agosto. De nuevo, ha sido necesario hacer muchas pruebas para asegurarse de que el sabor iba a ser el deseado cuando se abriese la conserva, y ese objetivo ha vuelto a lograrse.
Ya ven: en Friscos nada se deja al azar. Sin parar las máquinas, sin dejar de atender a sus mercados principales, ya están experimentado nuevas recetas. A Pementeira y Augas de Mondariz son sus próximos aliados. ¿Están preparados?
Fuente: La Voz de Galicia